Las cecilias son tan poco conocidas que no gozan de un nombre vulgar generalizado; cecilia es el nombre técnico vulgarizado proveniente de la familia más diversa de estos animales (Caeciliidae) y no es muy ampliamente difundido. En el mundo apenas se han contado 165 especies de estos animales. El 14% (23 especies) se encuentra en el Ecuador.
En algunas zonas de el país las cecilias son conocidas como ilulos —vocablo quichua de la Amazonia que se utiliza para nombrar a las lombrices gigantes o animales similares—.
Este nombre muy posiblemente se debe al parecido físico externo entre ambos animales, aunque en un análisis detallado se encontrarán radicales diferencias.
Otro nombre utilizado principalmente por colonos y campesinos es pudridoras, esto por la magnificada creencia popular de que, por parecer- se a una culebra, su mordedura causa infección y una fuerte podredumbre en la zona afectada.
Confundir a las cecilias con serpientes es fácil si no se mira con cuidado. Esto hace que se las tema, ahuyente o asesine. Sus similitudes son muchas, pero también sus diferencias: si miramos en detalle la piel de estos anfibios notaremos que no hay escamas externas que la recubran (como las que vemos en los reptiles) sino que su piel es lisa y húmeda. Bajo ésta, de todos modos, hay pequeñas escamas imperceptibles a simple vista. Además, las cecilias no tienen cola.
Hábitos de las cecilias
Tienen cuerpo alargado y usualmente azul o morado, aunque también hay anaranjadas y negruzcas, la mayoría de colores poco llamativos. Viven bajo tierra y por ello generan temor a quien las ve. Para cumplir con sus hábitos, su cuerpo tiene músculos fuertes para hacer movimientos serpenteantes, en los que utilizan su cabeza para excavar. Se desplazan entre raíces y se guían por el olfato para conseguir alimento (comen otros animales subterráneos como lombrices, insectos y babosas).
En Ecuador conocemos, por observaciones de biólogos amigos, que las serpientes coral, que viven a ras del suelo, se alimentan de ilulos. Ya que debajo del suelo la luz escasea, las cecilias no utilizan la vista para orientarse; de hecho, sus ojos son poco útiles y están recubiertos de piel y huesos. Tienen dientes filudos y pueden proporcionar mordidas extremadamente fuertes porque están dotadas de músculos adicionales que además de cerrar la boca, retraen las mandíbulas; por ello, y aunque mordeduras de cecilias a humanos sean raras, hay que tener cuidado, pues una vez que cierran la boca es muy difícil liberar la mordida sin causar daño.
Votar:
COMENTARIOS
Web desarrollada con Iwcms.com
Impresiones Web, SL. C/ San Bernardo, 123, 7ª Planta;28015, Madrid (España).Tlf: +34 911 61 01 13 E-Mail : info@impresionesweb.com
Inscrita en el Registro Mercantil de Madrid, Tomo 19602, Folio 112, Sección 8ª, Hoja M-344480, con CIF B-83844787.